Si eres de los que no puede decir que no a una buena escapada en coche ni cuando se acerca un huracán, este artículo te dará ideas para planificar tus viajes en invierno. Si por el contrario pones mil escusas para no salir del sofá cuando el frío invernal acecha, quizás creas que este artículo no es para ti, sin embargo, continúa leyendo, pues no solo descubrirás cinco rutas increíbles para el invierno, sino que te regalamos una pequeña idea por si eliges seguir huyendo de él.
Pirineo Aragonés
Si dejamos de lado la idea más inmediata que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en los Pirineos como destino de viaje invernal, descubriremos que hay vida más allá de las maravillosas pistas de esquí de Baqueira-Beret o GrandValira. Este paraje único esconde un sinfín de enclaves naturales espectaculares y decenas de pueblos de montaña congelados (nunca mejor dicho) en el tiempo.
Hablamos de viejos glaciares, que resisten estoicos el paso del tiempo; lagos de alta montaña, ríos salvajes y valles horadados por estas mismas aguas a las montañas que conforman la cordillera. Pero hablamos también de pueblos impertérritos al paso del tiempo, como Benasque, Cerler, Aínsa… Torla, puerta de entrada al valle de Ordesa, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; o Ansó considerado como uno de los pueblos más bonitos de España y que ha sabido mantener el aire medieval en sus calles adoquinadas y en sus muros de piedra.
Otra parada obligatoria sería el Castillo de Loarre, una de las fortificaciones más alucinantes de España y una de las mejores conservadas de toda Europa. También, para los amantes del patrimonio, aunque en este caso requiera cruzar la frontera a la comunidad vecina, os recomendamos la visita a las cercanas iglesias de Sant Serni de Baiasca o Sant Vicenç de Estamariu, que contienen en sus muros dos de los pocos ejemplos en la zona de pinturas murales románicas conservadas in situ.
Cantabria: mar y montaña
Si eres de los que además de una buena escapada por la naturaleza, necesita descansar en un buen hotel y salir a disfrutar de los encantos de la ciudad, Cantabria te espera como destino invernal.
El Parque Nacional cántabro es naturaleza en su definición más pura: paisajes montañosos, con infinidad de balcones naturales, acantilados y rutas de senderismo para todos los niveles.
Sin alejarte demasiado podrás incluir en tu ruta la visita a preciosos pueblos costeros, que lucen en invierno un aire melancólico y grisáceo espectacular como San Vicente de la Barquera, Suances o Comillas. En este último podrás además disfrutar de un rico patrimonio arquitectónico: la Villa Quijano, popularmente conocida como El Capricho proyectado por Antoni Gaudí o la Villa de los Arzobispos, declarado Conjunto Histórico Artísticos en 1985.
Y para terminar, la ciudad de Santander, con su variada oferta cultural y de ocio que te permitirá añadir a tu viaje su dosis de cosmopolitismo, a la vez que disfrutas de las espectaculares vistas del mar Cantábrico.
Galicia: las Rías Baixas
En este momento te estarás preguntado si es una buena idea la combinación de Galicia e invierno; probablemente imaginando días grises, lluvia…
Pues te sorprenderá saber que existen razones muy convincentes para escoger Galicia y concretamente las Rías Baixas, como destino ideal para tu viaje invernal. La primera es que Galicia está situada al oeste de la Península, por lo que el sol aguanta un poquito más en invierno, lo que ayuda a alargar y disfrutar al máximo los días de viaje. Además la proximidad al océano favorece la moderación de las temperaturas durante todo el año.
La otra es un pequeño truco local relacionado con su magnífica gastronomía. ¿Sabías que el mejor marisco se consigue en los meses escritos con “R”? Así sabrás que podrás disfrutarlo en los meses de septiembre a abril, incluidos por supuesto todos los del invierno.
Las opciones para tu viaje por las Rías Baixas, son ricas y variadas. Podrás visitar las tierras del albariño y recorrer la costa hasta llegar a la ciudad de Pontevedra, que te espera con su casco antiguo completamente peatonal. Cambados, Vilagarcía, O Grove, A Toxa y cómo no, Sanxenxo y siguiendo la costa Combarro hasta llegar a la antedicha ciudad.
Otra opción es recorrer la costa más meridional disfrutando del mar en estado puro y con paradas obligadas en A Guarda y Baiona, donde podrás disfrutar de su casco histórico declarado Conjunto de Interés Histórico-artístico, o de la fortaleza de Monterreal, recinto amurallado de origen medieval que en su interior alberga el Parador de Turismo “Conde de Gondomar”. Mitad fortaleza medieval, mitad pazo gallego en el conjunto se mantienen las antiguas torres defensivas que formaban parte del castillo.
Continuando la costa llegamos a Vigo, donde las opciones son infinitas, no obstante constituye la ciudad más importante de las Rías Baixas. En esta misma ría, pero en la cara opuesta, la península de O Morrazo, con villas costeras como Cangas, Moaña o Bueu que se presentan como opciones más tranquilas de parada en tu viaje. Los enclaves naturales en esta zona son variados, te recomendamos especialmente el área de Cabo Home, entrante natural en la Ría que alberga playas casi vírgenes, senderos paralelos al mar y hasta un antiguo castro; y desde donde podrás disfrutar de una de las vistas más espectaculares de las Islas Cíes, cierre natural de la Ría de Vigo.
Gredos y Valle del Jerte, no solo en primavera
Todo un paraíso de interior que respira historia castellana te espera más allá de sus pintorescas estampas primaverales.
Decenas de puertos de montaña a los que asomarse y otras paradas obligadas como Ávila o Plasencia, donde podrás disfrutar de su precioso centro histórico amurallado.
Desde aquí, podrás visitar también enclaves emblemáticos como el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, declarado Patrimonio de la Humanidad y acercarte a otro punto menos conocido, la Silla de Felipe II, un conjunto de plataformas de granito que servían de trono natural al rey para admirar la marcha de las obras del Monasterio. Interesante también la visita al complejo monacal de Yuste, donde el emperador Carlos V pasó sus últimos días tras abdicar y ceder la corona de su Imperio o Hervás con sus pintorescas calles y su judería.
Los Pueblos Blancos de Cádiz y Málaga
Porque no sólo son bonitos en verano. Las provincias de Cádiz y Málaga cuentan con numerosos pueblecitos blancos en los que empaparse de las costumbres andaluzas. Pueblos que conservan el abundante patrimonio histórico, artísitico y cultural de las muchas culturas y civilizaciones que han poblado sus tierras.
Ronda, considerado uno de los municipios más bellos de la provincia de Málaga e internacionalmente conocido por su famoso “Tajo”, barrera geográfica que sirvió en años pasados como defensa natural; Medina- Sidonia, Arcos de la Frontera, El Bosque…son los más conocidos, pero existen otros como Atajate o Benadalid que cuentan también con un encanto especial.
El itinerario es libre y las combinaciones infinitas, en función del tiempo del que dispongas.
La Palma: la Isla Bonita
Como te comentábamos al principio, hay un rincón en España donde disfrutar del buen tiempo en invierno y este es por supuesto las Islas Canarias.
Si lo planificas con algo de tiempo podrás encontrar opciones de vuelo bastante económicas durante el invierno y sólo tendrás que alquilar un coche allí para disfrutar de las maravillas insulares.
En esta ruta de invierno nos hemos decantado concretamente por una ruta por la isla de La Palma, la "Isla Bonita" como algunos la conocen. Esta isla de origen volcánico, con sus 47 kilómetros de largo por 28 de ancho, es perfecta para recorrer en coche con tranquilidad y disfrutar de sus salvajes paisajes volcánicos, que te harán creer que estás en otro planeta.
No puedes dejar de hacer una ruta de senderismo por los cientos de senderos en plena naturaleza que ofrece el Parque Natural de la Caldera de Taburiente; pasear por las calles de sus ciudades y pequeños pueblos, admirando su arquitectura de estilo colonial o simplemente disfrutar de sus paisajes y rincones de ensueño.
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