Cansados, pero contentos
Tras el incidente en la etapa ayer, hoy partíamos casi en la cola de la carrera, por delante de Nani Roma, que también tuvo problemas en la etapa de ayer. Estamos en pleno Empty quarter, no hay nada más que arena, así que hemos empezado la cronometrada sobre arena, hacia las dunas. Por suerte ha llovido hace poco y la arena está algo húmeda lo que facilita enormemente la tracción. Enseguida hemos empezado a adelantar coches y camiones que se arrastran por el final de la carrera. Las dunas, pese a estar algo húmedas eran difíciles, cortadas, con pronunciadas pendientes de bajada y cortadas trepadas que hace que Albert acelere el camión hacia el cielo. Y deba dejar de acelerar en el momento justo para no salir volando ni encallarnos en la cresta. Es esta una sensación desagradable, muy fatigosa porque sientes acelerar un camión de 10 tn hacia el cielo y no sabes cómo vas a aterrizar detrás, ¿será cortada, será buena, girará a la derecha, a la izquierda? En cada subida el estómago se contrae, el miocardio se acelera y los esfínteres se cierran para, al coronar la duna, si no has picado de morro relajar la musculatura hasta la siguiente duna. Han sido más de 300km seguidos de dunas, con alguna antigua pista de arena de los petroleros que, evidentemente, está incado por la arena lo que la convierte en altamente peligrosa porque en los pequeños tramos que están limpios la velocidad enseguida aumenta y de pronto grandes lenguas de arena invaden la pista creando auténticas barreras de arena. La de hoy ha sido, con diferencia, la etapa más difícil, hasta la fecha, de esta edición de Dakar. Las dunas han sido realmente difíciles y el andorrano se ha tenido que emplear a fondo, acelerara, frenar y girar el volante solo con las manos y a una velocidad nada despreciable, hay que reconocer que lo que es capaz de hacer Albert en sencillamente envidiable y de un mérito descomunal. Ha sido tanta la dificultad, que antes de llegar a la neutralización de 15' en el km 228, tanto Albert, que es habitual en él, como Marc y el que escribe, hemos sentido la necesidad de comer para aliviar la fatiga, que tras 11 días de carrera empieza a dejar huella. Hoy hemos tenido dunas de todo tipo, dunas, en palabras de un gran amigo eróticas y otras no tanto, dunas esbeltas como cuerpo de jovencita y duna fofas y pesadas como cuer.... Pero muchas dunas, altas, bajas, chulas, feas, cortadas, redondas, fáciles, difíciles, inclinadas, llanas, de todo tipo y condición y hoy el 517 ha resultado victorioso en el desafío arenero. Los último 50 km han sido muy rápidos, sobre una pista de arena bastante bacheada pero que o por las ganas de llegar, o por la sequedad cerebral de la tripulación hemos conducido a 140 km/h. Mañana última etapa de este desafío.
Gas i xampany!!! Ferran Marco