Si en nuestro post anterior os proponíamos magníficas rutas para realizar viajes en carretera este atípico verano, ahora os escribimos una serie de consejos para aumentar la seguridad en la carretera, y nada empañe vuestras vacaciones. Durante el verano el motor y el resto de los componentes mecánicos sufren más debido al calor.
Esto, unido al envejecimiento del parque automovilístico español y la falta de mantenimiento de los vehículos, hacen que cada verano el número de averías en carretera aumente, siendo los problemas asociados a baterías, neumáticos, motor y alternador, los más frecuentes.
¿No sería una faena sufrir una de estas averías durante vuestras vacaciones? Desde Help Flash os proponemos una serie de recomendaciones que os ayudarán a evitarlas y también a conseguir una conducción más eficiente y un mantenimiento óptimo de vuestros vehículos.
Antes de usar el coche
Realiza una pequeña revisión. Aunque muchos componentes ya son inspeccionados por un profesional en los mantenimientos pautados por la marca, no está de más hacer una comprobación de algunos elementos clave del vehículo:
Los niveles (aceite, refrigerante, líquido limpiaparabrisas…)
Es importante recordar que los filtros y los líquidos hay que cambiarlos al menos una vez al año, fundamentalmente en vehículos de más de 10 años. Y por supuesto, no te olvides de revisar el aceite del motor, siempre con el motor en frío y en llano.
Los neumáticos
La seguridad del viaje depende de un neumático en buen estado para asegurar un buen agarre y una correcta distancia de frenado. Es recomendable revisar la presión de los mismos, ajustándola a la óptima para nuestro vehículo y su estado de mantenimiento. Recuerda que la profundidad del dibujo no debe ser inferior a 1,6 mm.
La batería
Los problemas con las baterías son los más frecuentes, por lo que dedica unos minutos a comprobar que los bornes no están blanquecinos. La vida útil de una batería está entre los 4 y los 5 años, tenlo en cuenta para evitar sorpresas.
El sistema de frenado
El calor puede provocar un sobrecalentamiento en los frenos, por lo que resulta fundamental comprobar su estado antes de iniciar tu viaje. Una manera sencilla de hacerlo es pisando el freno a presión durante unos segundos, comprobando a continuación si éste se mantiene en la posición o si, por el contrario, baja progresivamente, lo que significaría una posible fuga de líquido o falta de estanqueidad. Probar la frenada de forma controlada también ayuda a saber si el óxido se ha acumulado en el disco o hay suciedad en las pastillas.
Las luces
En los viajes largos es difícil no acabar haciendo algún que otro kilómetro en horas nocturnas o vespertinas, por ello es importante comprobar que no estén fundidas las luces de posición, intermitentes y luces de freno; pero también su altura para asegurarte de que estén bien reguladas. Por último, pero no menos importante revisa que las pantallas protectoras de faros y pilotos no estén sucios ni dañados, ya que ello podría restarte igualmente visión.
El parabrisas
Sin una buena visibilidad de poco te sirve haber comprobado todo lo anterior. Si el parabrisas tiene grietas o alguna rotura, no dudes en repararlo, y no te olvides de las escobillas limpiaparabrisas, con el calor pueden cuartearse y perder su efectividad y nunca se sabe cuándo puede sorprendernos un chaparrón!
Baja las ventanillas antes de montarte en el coche para empezar tu viaje, así igualarás la temperatura entre el exterior y el interior, que suele ser más alta, y evitarás sobrecargas de uso del aire acondicionado, alargando así su vida útil.
Sabemos que crees que todo y más es necesario en tu viaje, pero intenta no sobrecargar el coche. Un exceso de peso puede provocar una conducción errática e inestable, además de aumentar la distancia de frenado.
Igualmente, en caso de un viaje largo, procura descansar correctamente la noche anterior, evita comidas copiosas antes de salir y si te estuvieses medicando, asegúrate de que sus posibles efectos secundarios no interfieren en la conducción.
No olvides tu Help Flash, que te permitirá una señalización en cuestión de segundos si por desgracia sufres algún percance en carreta sobre todo en situaciones de baja visibilidad. Un consejo final: lleva un segundo juego de llaves por si dañas o pierdes la principal.
Durante su uso
Sobre todo en trayectos largos, adopta un modo de conducción eficiente. Mejor usar marchas largas siempre que sea posible, mantener una velocidad media constante, evitando acelerones repentinos y sinsentido y usar el freno motor en bajadas extensas. Así aumentarás la vida útil de tu motor y los elementos móviles, además de ahorrar combustible y por ende ayudar al medioambiente.
Si superas los 50km/h no circules con las ventanillas bajadas, ya que esto hace que aumente el consumo de combustible por la falta de aerodinámica del vehículo, que el uso del aire acondicionado. La temperatura recomendable para este último sería unos 21-22°C
Evita circular durante las horas de máximo calor. No solo es poco recomendable, para los pasajeros del vehículo, sino que afecta a la mecánica y a los neumáticos, acortando su vida útil.
Después de usarlo
Suena muy obvio, pero si vamos a montarnos en el coche en horas de mucho calor, la temperatura puede llegar a los 60°C en el interior si lo dejamos a pleno sol, lo que puede afectar notablemente a los miembros más vulnerables de la familia, como niños, ancianos y mascotas.
No dejes el aire acondicionado funcionando con el coche en ralentí. Esto drena la batería relativamente rápido, y puedes sufrir problemas de descarga.
Protege el volante, y también los asientos, en caso de tener tapicería de cuero, para así evitar quemarte al volver a usar el coche. También puedes proteger la pintura del sol con la aplicación de una cera absorbente de rayos ultravioleta.
Por último, si tu viaje ha sido a una zona costera puede ser recomendable realizar un lavado completo, prestando especial atención a los bajos, que es donde mayor cantidad de salitre puede acumularse. Con estaremos previniendo una remota pero posible corrosión.