El paso de cebra inteligente que se adapta a los peatones

El paso de cebra inteligente que se adapta a los peatones

Los pasos de cebra están concebidos para garantizar que los peatones crucen de una acera a otra de forma segura. Sin embargo, esto no siempre se cumple. De acuerdo con cifras de la DGT durante el año 2020 murieron atropelladas 91 personas.

Para evitar esto hace falta una mejora de las infraestructuras, pero también mayor concienciación para los conductores, que extremen la precaución dentro de las ciudades, y para los peatones, que eviten cruzar la calle de forma indebida.

En su objetivo de asegurar el cumplimiento de las normas, y evitar arrollamientos, las autoridades han seguido diferentes estrategias en los pasos de cebra. La más común, la de instalar un resalto en el paso de cebra, bandas antes de este, para asegurar que el conductor reduzca la velocidad o la instalación de cámaras, que sancionen automáticamente a los conductores que se salten el semáforo en rojo. Pero, ¿por qué no apostar por una tecnología para reducir las cifras de atropellos?

Pasos de cebra inteligentes

Al igual que ya sucede en otras áreas de la movilidad, los pasos de peatones también pueden apoyarse en la tecnología para mejorar la seguridad.

De hecho, muchas ciudades ya están aplicando la tecnología a la señalización instalando pasos de cebra inteligentes para conseguir reducir los atropellos. Estos pasos están compuestos por unos sensores que detectan la presencia de los viandantes a una distancia de hasta cuatro metros. El sistema utiliza unas luces LED de color blanco que permiten alertar a los conductores la existencia de peatones dispuestos a cruzar. Una medida que reduce de forma importante las situaciones de riesgo, permitiendo a las personas cruzar de una forma más segura.

Seguridad vial conectada

Esta tecnología, que ya utilizan algunas ciudades españolas, permite llevar un control sobre el número de peatones que utilizan el paso de cebra diariamente, gracias a los datos que recogen los sensores y que automáticamente se transmiten a un centro de control remoto de gestión global, lo que supone un paso más hacia las carreteras inteligentes y a la reducción de la cifra de arrollamientos en la vía.